sábado, 24 de octubre de 2009

Una Muñeca

Cuenta una añeja leyenda de tiempos de la Colonia que una muñeca se escapó de la llamada Isla de las Muñecas, cerca del Canal de Xochimilco. La situación no tendría nada de peculiar si no fuera porque hace menos de una semana se le vio paseando por un centro comercial del norte de la ciudad. Desparpajadamente, como si el tiempo no hubiera pasado, la muñeca --se dice-- era exactamente igual que hace años. Se sabe que en los muñecos el tiempo pasa de diferente forma, pero aún con esto, no dejaba de ser extraño.

Un vigilante de dicho centro comercial la vio escogiendo cepillos para el cabello en el departamento de belleza. Su sorpresa fue tal, que se le creyó demente al solicitar ayuda por su radio, antes que cayera desmayado por la impresión.

Cronistas y biógrafos de la ciudad saben que esta monita es conocida como La Maffys. Ni siquiera ellos pudieron saber su verdadero nombre hurgando en su árbol genealógico. Sólo averiguaron su alias. Saben que desde entonces esta Maffys es rebelde por naturaleza. Fuma hierba, asalta camiones y dicen sus allegados que nunca, pero nunca usa chones. Estuvo presa por intento de homicidio dos veces. Ambas ocasiones atentó contra la vida de Chapete, muñeco de gran prosapia y elegantes maneras, que por poco sucumbe ante las embestidas envidiosas de esta muñeca loquita.

Ahora sobrevive de robar cosas en centros comerciales. Por su estatura no han podido echarle el guante. La policía ha calculado, según estudios concienzudos que en unos 45 años podrán tenerla tras las rejas.

La comunidad aplaude tanta determinación y valor de nuestras autoridades.



laj

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