-- ¡Qué baile la Roñas! -- se oyó desde el fondo del oscuro antro que apenas estaba empezando a ambientarse.
Inesperadamente la pista de baile se pobló de jovencitas grotescas, sudorosas y gordas. Entre ellas intercambiaban miradas como reconociendo que todas eran dignas de estar ahí, bailando solas, sin pareja.
laj
No hay comentarios:
Publicar un comentario