jueves, 5 de noviembre de 2009

Venganza

--¡Mañana juegan las Aguilas de visitante!-- dijo el novio enfebrecido por la atención que quería que le brindara Juanita, su novia.
Ella parecía francamente muy aburrida por la insulsa plática, que por cortesía, seguía con simulada atención.

Preso de una ardorosa pasión, siguió:-- ¡Y vas a ver, te apuesto lo que quieras que el siguiente partido que van a jugar contra los Titanes lo ganarán por goliza!-- acabó su comentario, con los ojos inyectados de emoción y una mirada clavada en el futuro; en el día del partido.

Juanita dejó de abrazarlo al ver que Julio, el hijo menor de Silvio el cartero, le dedicaba una mirada de puro deseo. "Guapo, joven, con plática interesante", pensó ella. Sin pensarlo mucho le escupió a la cara de su hasta entonces soso novio la mortal frase: ¡Hemos terminado! Prefiero a una persona que me platique de cualquier cosa, menos de futbol, ¡naco!--se justificó la joven prejuiciosa.

¡Sopas! La gente que pasaba cerca de tan desagradable escena gozaba con la cara desangelada y triste de Ramón. Gordas lágrimas de decepción recorrían su cachetona cara. Se secó los mocos con su playerita del América, viendo como su ex-novia corrió hacia su nuevo amor y abrazados se fueron juntitos caminando hacia la Alameda.

Ramón cambió de deporte. Ya no le gusta el futbol. Ahora juega golf y es un pertinaz competidor en todos los torneos a nivel nacional. En sus ratos de ocio se va a Valle de Bravo a surcar las calmadas aguas de la laguna en su velero "Justicia Divina".



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