sábado, 6 de marzo de 2010

Pasión Creativa

Tuve una vez un sueño muy extraño. Soñé que paseaba por el parque del lago, tomado de la mano con una muñeca que mis tías me regalaron cuando cumplí once años. No sé por qué me la habrán dado, si yo soy un hombre y siempre me han gustado los muñecos, los carros, el futbol y a veces juego billar.

Caminaba por los caminos arbolados del parque y mi muñeca me veía con una mirada como a nadie que yo haya conocido en mis pocos más de cincuenta años, recuerde. Era una ternura sin par; una paz absoluta respirar con ella a mi lado; declararle mi amor; decirle lo que a ninguna mujer he podido decirle: le dije que siempre la he deseado, pero que he sido muy cauto porque sé que no he sido el único. Conozco que mi hermano también la ha deseado desde hace mucho tiempo, así como un vecino que está todo enfermo de nombre Ulises. Y he obrado con cautela porque sabe que en este país, enamorarse de una muñeca está penado con veinte años de cárcel sin derecho a fianza. Ella me veía agradecida con sus ojotes de canica y me susurró: -- ¡Arriésgate, hazme tuya aquí, al lado del lago y abajo del árbol de aguacates! ¡Quiero sentirte!

Todos mis agradecimientos se fueron de inmediato al cielo y procedí a desnudarla lentamente. -- ¿Estaré mal yo o la sociedad? -- pensaba, mientras la despojaba de su ropita de muñeca. -- Me estoy arriesgando a pasar el resto de mis días en la sombra -- y, salivando, le comencé a besar su cuellito por atrás, frío y plastificado; su espaldita y el lugar donde se ponen las pilas. La besaba. La oía gemir, la sentía tan mía. Ella decía que nunca, pero nunca había conocido a alguien como yo. Me dijo que no le hacía que fuera el asunto sin condón, que si engendrábamos algo, los dos lo cuidaríamos con un cariño y ternura sin fin.

Al despertar de mi sueño hermoso me di cuenta que acababa de enamorar y hacerle el amor a Doña Chuy en una banca del parque. ¡Chales! La viejita más horrenda de la zona, de chichis flácidas y sólo tenía un ojo y seis dientes en total, quien también se dedica a recoger basura como yo en el parque. Grandecita y todo, nació de esta extraña unión Salazberto, quien nació y creció todo idiota y ahora anda metido en la política. ¡Chales!



laj

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