domingo, 8 de agosto de 2010

Cada Quien

Aurelio es un joven veinteañero que tiene aún cara de niño, pero cuerpo de señor. Las penurias de trabajar en el ramo de la construcción lo han hecho multiplicar sus carnes. A pesar de la rudeza de sus hombros, espalda y brazos, la carita de niño suaviza el entorno global de todo su cuerpo.

Una mañana dominical iba a hacer ejercicio al deportivo que queda por su casa. Intempestivamente, una perra que traía jalando de su cadena una morena delgada con caderas perfectas, se le abalanzó y se le aventó, mordiéndolo en el cuello. La dueña, de nombre Sheily, que parecía una mujer que exclusivamente existía en las revistas, en los eventos donde hay actrices y modelos, se acercó a quitarle a su animal, la Güera.


Pero sucedió algo muy loco. Los dos... ¡se enamoraron! 
Después del susto para Aurelio, se comenzaron a abrazar con ternura sin igual. Un brillo en los ojos de ambos dio lugar a unos besotes de ensueño. En la boca, en el cuerpo, en todas partes. Le lamió con sensualidad la sangre que en ese instante manaba de su cuello de campesino rudo. Se olvidaron del tiempo, de la vida, de todo. Sólo se estaban amando fundidos en un abrazo excepcional. Unico.

Próximamente se anunciará a toda la comunidad el enlace matrimonial de esta nueva pareja.

La Güera será desposada por Aurelio, recio hombre de palabra. Se espera que los padrinos por parte de La Güera, la perra, sean su ama, Sheily y su novio, Ezequiel. Por parte de él, sus padrinos serán su madre, Rosy y su padre, Alonso.
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¡Enhorabuena!




Fin

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