sábado, 17 de marzo de 2012

Vivaldi


Es terriblemente incómodo lo que le ha pasado al solista de la Orquesta de Cámara de Plomería y Anexas de la ciudad. Resulta que estando interpretando las "4 Estaciones", de Antonio Vivaldi, en el tramo del Verano, entre movimiento y movimiento, en ese instante en que se hace --o debe hacerse-- un silencio sepulcral, el solista con violín al hombro soltó un flato de esos traicioneros. De los que salen haciendo gorgojitos. No sé cómo explicarlo porque es muy incómodo hasta para mí, fiel observador de las normas sociales y de la no-crítica.

Como todo un profesional, siguió en lo suyo. No dejando que el aroma impregnara a sus compañeros de profesión, ni que viajara hasta los asistentes de las filas frontales, hizo una inspiración que casi provoca el aplauso al unísono del respetable. En este gesto se notó su elevada educación. Se acomodó el pañal y siguió adelante.

El concierto terminó sin ninguna novedad.



Fin
LAJ








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