viernes, 8 de enero de 2010

Tolerantes

Estando con una amiga, recalcitrante vegetariana, me condenaba ásperamente.

-- ¡Eres anormal! ¡Lo que acabas de hacer no aparece en la naturaleza como algo sano! ¡Cometiste el pecado de la carne! ¡Eso es demencia animal!

De sus ojos salían rayos y de su boca espuma. Temblaba de enojo y comenzaba a sudar.

-- ¡Y qué! No tiene nada de malo ser cariñoso con los animalitos. ¡Me comí ese pedazo de vaquita en esta riquísima hamburguesa, aderezada con mucha catsup!

-- ¡Animal! -- Me apabulló.



laj

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