Hay una noticia que salió en el periódico hace unos días que me tiene contrariado y hasta cierto punto incómodo. Cuenta la nota que un individuo en el sur del país murió a causa de tantos golpes en la cabeza...¡provocados por él mismo!
En este lugar que, como forma de respeto y en homenaje al caído, omitiré el nombre, abundan mosquitos de todo tipo y razas en todas las épocas del año.
Resulta que José Zacarías falleció a consecuencia de traumatismo craneo-encefálico después de una interminable noche donde miles, quizás millones de mosquitos se metieron a su casa y él, en defensa propia, y creyéndose más listo que ellos, esperaba a que se acercaran sin moverse y cuando los oía encima de su cabeza, cara y cuello, ¡zas!, soltaba zapes contra su propia humanidad. Así pasó toda la noche, cada golpe era con más fuerza y vehemencia que el anterior por la desesperación de no poder acabar con esta plaga casi bíblica.
Al otro día amaneció muerto y con la cara, cuello y cabeza amoratados. Y un chorro de ronchitas por todo su cuerpo.
Diagnóstico de su muerte: contusiones cerebrales severas auto infligidas.
laj
hola socio como estas me pasas tu #de cel,en msn gracias,
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